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TRATAMIENTO NATURAL PARA EL SISTEMA INMUNITARIO

Todos hemos oído hablar del sistema inmunitario, pero pocas veces nos explican cómo prepararlo para el invierno o qué hacer para mantener nuestras defensas en un estado óptimo. Antes de ver los mejores remedios naturales para apoyarlo, vamos a entender qué es realmente este sistema de defensa y cómo funciona.

Qué es el Sistema Inmunitario y por qué debemos cuidarlo

Podemos verlo como un conjunto de órganos, células y mecanismos de defensa que trabajan en equipo para protegernos frente a virus, bacterias y otros agentes externos.

Por eso, fortalecer el sistema inmunitario ayuda a que el cuerpo responda de forma más equilibrada, evitando infecciones frecuentes y/o reduciendo su intensidad.

Un enfoque natural no solo busca reforzar las defensas, sino regular el organismo para que funcione de manera equilibrada: buena alimentación y digestión, descanso adecuado, baja inflamación y manejo del estrés. Todo esto influye directamente en la inmunidad.

Sin embargo, hay un aspecto muy importante a valorar: no todos enfermamos por igual, aunque estemos expuestos a los mismos virus o bacterias.

Esto se debe a tres factores fundamentales:

El estado del “terreno” de cada persona

El terreno hace referencia al estado general del organismo:

 El descanso

Dormir bien no solo sirve para sentirnos con energía: durante el sueño el cuerpo realiza importantes procesos de reparación y fortalecimiento del sistema inmunitario. Cuando dormimos poco o de manera irregular, las defensas se vuelven menos eficientes y somos más vulnerables a enfermar..

 El nivel de estrés

El estrés es una respuesta natural del cuerpo, pero cuando se mantiene durante mucho tiempo puede debilitar el sistema inmunitario. Esto sucede porque niveles elevados de cortisol —la hormona del estrés— reducen la capacidad del organismo para responder a virus y bacterias.

 La calidad de la alimentación

Porque es de donde obtenemos los nutrientes y estos tienen un impacto directo en nuestras defensas. Una alimentación rica en frutas, verduras, proteínas de calidad y alimentos naturales aportan vitaminas, minerales y antioxidantes que el sistema inmunitario necesita para funcionar correctamente. Por el contrario, un exceso de ultraprocesados, azúcares o grasas de mala calidad aumenta la inflamación y debilita el terreno general del organismo.

 La inflamación interna

Aunque es un proceso natural que el cuerpo utiliza para defenderse, cuando se mantiene de manera constante puede debilitar las defensas. Esta inflamación de bajo grado hace que el organismo esté más ocupado “apagando fuegos internos” y tenga menos capacidad para responder con eficacia a virus y bacterias.

 La microbiota intestinal

Las bacterias “buenas” ayudan a regular el sistema inmunitario. En el intestino viven millones de bacterias beneficiosas que ayudan a regular el sistema inmune. Cuando está equilibrado, actúa como una barrera natural frente a microorganismos no deseados. Pero si se altera por estrés, mala alimentación o uso frecuente de antibióticos, las defensas pueden debilitarse.

 Los micronutrientes

Como vitaminas y minerales. El cuerpo los necesita en pequeñas cantidades, pero su papel es fundamental para que el sistema inmunitario funcione correctamente. Nutrientes como la vitamina D, el zinc, la vitamina C o el selenio participan en la producción de células defensivas. Cuando hay carencias —algo común en épocas de estrés, mala alimentación o poca exposición solar— las defensas pueden volverse menos eficientes.

El terreno es el lugar donde el sistema inmunitario “se apoya”. Cuando está equilibrado, las defensas trabajan con más precisión y menos esfuerzo. Por eso, preparar el terreno es una de las estrategias más efectivas para mantenerse sano.

La calidad de la respuesta del Sistema Inmunitario

No es cuestión de “activar más” la inmunidad, sino de que la respuesta sea equilibrada, eficiente y adecuada. Esto depende de:

Las defensas innatas y adaptativas

La respuesta innata es la primera en actuar: trabaja rápido y de manera general para frenar la entrada de virus o bacterias. Si esta primera barrera no es suficiente, entra en juego la respuesta adaptativa, que tarda un poco más, pero es mucho más precisa. Esta segunda fase reconoce al microorganismo concreto y lo combate de forma específica.

 La memoria inmunitaria

Cuando el cuerpo se encuentra con un virus o bacteria por primera vez, aprende a identificarlo. Esto crea una especie de “recuerdo” interno: si el microorganismo reaparece, las defensas actuarán con más rapidez y eficacia.

 Las barreras naturales del cuerpo

Antes incluso de que las células inmunitarias entren en acción, el cuerpo cuenta con una primera línea de defensa formada por la piel, las mucosas respiratorias y digestivas, y la microbiota intestinal. Estas barreras impiden que muchos microorganismos lleguen a entrar o multiplicarse. Cuando están en buen estado, evitan que muchos virus y bacterias lleguen a entrar, y así el sistema inmunitario tiene menos trabajo.

Otros factores externos e individuales que afectan al Sistema Inmunitario

A veces me dicen: “¿Por qué yo sí enfermo y otra persona no?”. Y la respuesta casi siempre está en una combinación de factores individuales que van más allá de las defensas. Vamos a verlos.

 La cantidad de virus

A la que te expones, ya que no es lo mismo un contacto leve para el que estamos preparados y nuestras células defensivas suelen resolverlo de forma rápida, y por eso, una exposición breve o ligera no suele generar síntomas. En cambio cuando estamos muy cerca de una persona enferma, en un espacio poco ventilado o durante mucho tiempo en contacto con el mismo virus, la cantidad que recibimos es mucho mayor.

 La edad

La capacidad del sistema inmunitario cambia a lo largo de la vida. En los niños pequeños, las defensas aún están “aprendiendo” y desarrollando memoria inmunológica, por lo que son más propensos a enfermar con frecuencia. En los jóvenes y adultos el sistema inmunitario suele ser más fuerte y responde de forma rápida. Sin embargo, a medida que envejecemos, la respuesta inmunitaria se vuelve menos eficiente, lo que favorece que las infecciones sean más frecuentes o más intensas.

 El estrés emocional

Que puede bajar las defensas si se mantiene en el tiempo. El cuerpo no distingue entre un peligro real y una preocupación constante: en ambos casos libera hormonas del estrés, como el cortisol. Cuando este estrés es puntual, no genera problemas, pero si se mantiene durante semanas o meses puede debilitar las defensas, esto deja al organismo más vulnerable ante virus y bacterias.

 Los cambios hormonales

Sobre todo en etapas como menstruación, embarazo o menopausia. Las hormonas influyen directamente en el equilibrio del sistema inmunitario. Por eso, en momentos de cambios hormonales, algunas mujeres pueden notar que son más propensas a resfriados, infecciones o a sentirse más cansadas.

 La salud previa

Especialmente si ya hay problemas respiratorios o digestivos que te hacen más sensible. Cuando existen molestias previas —como sinusitis, asma, digestiones lentas o una microbiota intestinal alterada— el organismo puede tener más dificultad para responder con fuerza ante los microorganismos.

Por eso, preparar el sistema inmunitario y especialmente antes del invierno, es clave, ya que nos permite fortalecer tanto el terreno como la respuesta defensiva.

Síntomas más comunes de un Sistema Inmunitario debilitado

Sistema Inmune-Salud Alquimia

Síntomas más comunes

  • Cansancio o fatiga constante
  • Resfriados frecuentes o que tardan en resolverse
  • Sensación de frío constante o escalofríos fuera de lo habitual
  • Amigdalitis recurrentes
  • Bronquitis repetitivas
  • Recidivas de herpes labial

Estos síntomas no implican enfermedad grave: simplemente indican que el cuerpo necesita apoyo en el sistema inmunitario.

Causas frecuentes de debilidad inmunitaria

  • Estrés prolongado
  • Falta de exposición solar (vitamina D baja)
  • Alimentación pobre en nutrientes esenciales
  • Exceso de ultraprocesados, azúcar o alcohol
  • Falta de sueño reparador
  • Sedentarismo
  • Digestión lenta o microbiota alterada
  • Cambios bruscos de temperatura

¿Cómo trata la medicina alopática el Sistema Inmunitario?

Enfoque alopático habitual:

La medicina tradicional no trabaja la preparación del sistema inmunitario como un proceso específico. Su enfoque se centra en la prevención de enfermedades concretas a través de vacunas y en el tratamiento de los síntomas cuando ya aparecen.

  • Recomendación de vacunación estacional (especialmente gripe).
  • Consejos generales de salud: higiene de manos, alimentación equilibrada, ejercicio y sueño adecuado. Estos últimos consejos son útiles, pero no constituyen un refuerzo inmunitario profundo ni una preparación integral

Qué sucede cuando aparecen síntomas:

La intervención suele ser reactiva, no preventiva:

  • Analgésicos (paracetamol)
  • Antiinflamatorios (ibuprofeno)
  • Descongestivos
  • Antihistamínicos
  • Antibióticos solo ante infección bacteriana

En resumen: no existe un protocolo alopático para fortalecer las defensas, y por eso, muchas personas recurren a opciones naturales que sí trabajan de manera preventiva y personalizada.

Posibles efectos secundarios de la medicina convencional

A corto plazo

  • Somnolencia
  • Nerviosismo (por inhaladores)
  • Irritación o acidez gástrica
  • Reacciones alérgicas ocasionales

A largo plazo

  • Repercusión en hígado por uso frecuente de paracetamol
  • Problemas gástricos por antiinflamatorios
  • Efecto rebote por descongestivos nasales
  • Alteración de microbiota por uso inadecuado de antibióticos

Remedios naturales para fortalecer el Sistema Inmunitario:

Ahora que ya conoces cómo funciona tu terreno interno, vamos a ver qué puedes hacer para fortalecerlo de manera sencilla y natural.

Artemisia annua

Su acción va más allá del efecto “refuerzo de defensas” por sus propiedades antimicrobianas, antioxidantes e inmunomoduladoras.
Contiene antioxidantes naturales que reducen el estrés oxidativo, un factor que puede debilitar las defensas si se mantiene en el tiempo. Tiene muchos más usos, pero aquí nos centramos en los que apoyan al sistema inmunitario. Su sabor es bastante amargo; puede que te guste, pero si no es así, también existen opciones en comprimidos o en gotas que resultan más fáciles de tomar.

Artemisa Planta- Salud Alquimia

Equinácea Purpurea

La equinácea es una de las plantas más conocidas para apoyar al sistema inmunitario. Estimula los glóbulos blancos y ayuda al organismo a reaccionar mejor ante virus y bacterias, acortando la duración de resfriados y evitando recaídas. Es especialmente útil en los primeros síntomas, como picor de garganta o congestión. Recomiendo extractos de planta fresca, que conservan mejor sus principios activos

Equinacea Planta - Salud Alquimia

Reishi (Ganoderma lucidum)

Este hongo medicinal es especialmente valioso por su efecto inmunomodulador, ayudando al sistema inmunitario a funcionar de forma equilibrada y eficaz. Favorece que las defensas reaccionen cuando es necesario, pero sin generar respuestas excesivas. También actúa como adaptógeno, ayudando al cuerpo frente al estrés. Conocido como el “hongo de la inmortalidad”, aporta antioxidantes, reduce la inflamación y mejora la energía, reforzando así la resistencia natural del organismo.

Reishi Natural - Salud Alquimia

Saúco (Sambucus nigra)

El saúco es una de las plantas más utilizadas en invierno por su acción sobre las vías respiratorias y las defensas. Sus flores ayudan a reducir la duración e intensidad de gripes y resfriados, ya que inhiben la replicación viral, bajan la fiebre y favorecen la sudoración, lo que ayuda al cuerpo a gestionar mejor el proceso. Además, descongestiona al reducir el exceso de mucosidad y calman la tos al suavizar las mucosas irritadas.

Sauco Planta Medicinal - Salud Alquimia

Propóleo (Própolis)

El propóleo es una resina que las abejas usan para proteger la colmena de virus, bacterias y hongos, y por eso también es un gran aliado para reforzar nuestras defensas. Tiene una potente acción antimicrobiana, antiviral y antiinflamatoria, protege y calma las mucosas, siendo útil en faringitis o irritación de garganta. No solo sirve como preventivo: también es eficaz en los primeros síntomas de resfriado, cuando aparecen picor de garganta o tos leve. 

Propóleo Natural - Salud Alquimia

Vitamina D (si existe déficit)

La vitamina D es esencial para que el sistema inmunitario actúe de forma eficaz. Ayuda a activar las células que reconocen y eliminan virus y bacterias y evita respuestas inflamatorias exageradas. También fortalece las mucosas respiratorias, nuestra primera línea de defensa frente a las infecciones del invierno. Cuando existe déficit, suplementarla puede mejorar claramente la capacidad del organismo para reaccionar ante los virus estacionales.

Vitamina D - Salud Alquimia

 Productos naturales recomendados:

Echinaforce Vogel

Equinacea-Tratamiento Natural Salud Alquimia

Echinaforce es un extracto de planta fresca de Echinacea orgánica, elaborado para apoyar las defensas de forma natural. Útil en épocas de frío o ante los primeros síntomas, ayuda a que el organismo reaccione mejor frente a virus estacionales. Puede utilizarse en toda la familia y destaca por su alta calidad y pureza.

Propóleo Naturalma

Propolis- Tratamiento Natural Salud Alquimia


La tintura madre de Propóleo sin alcohol de Naturalma ofrece un extracto puro y fácil de tomar para apoyar las defensas, especialmente en épocas de frío. Su acción natural ayuda a calmar la garganta, proteger las mucosas y reforzar la respuesta del organismo frente a los primeros síntomas.

Reishi Neo

Reishi-Tratamiento Natural Salud Alquimia

Reishi NEO combina el hongo Reishi con camu-camu y vitamina C para ofrecer un apoyo completo al sistema inmunitario. Ayuda a mantener las defensas activas, aporta energía diaria y favorece el equilibrio del organismo gracias a su efecto adaptógeno. Es un complemento fácil de tomar y apto para personas vegetarianas.

Artemisia Annua – Eco

Artemisia-Tratamiento Natural Salud Alquimia

Hojas finas y presencia pulverizado, procedentes de agricultura ecológica. Modo de empleo: 1 cuchara de postre por taza, tomar 2 ó 3 infusiones al día. Preparar 1 litro con una cucharada sopera y repartir en varias tomas. Propiedades: antivírica, refuerza sistema inmunitario, malaria, psoriasis. Contraindicaciones: embarazo y lactancia.

Terapias naturales complementarias

Homeopatía

¿En qué consiste la terapia?
La homeopatía trata a la persona en su totalidad, no solo el síntoma. Por eso, lo ideal es trabajar con un medicamento constitucional, elegido según la manera de enfermar de cada individuo, su terreno y su singularidad. Este enfoque contribuye a restablecer el equilibrio interno, fortalece las defensas y reduce la tendencia a enfermar con frecuencia.

¿Cómo puede ayudarte?
Además del tratamiento individualizado, existen medicamentos homeopáticos de uso más general que suelen emplearse como apoyo durante el invierno para fortalecer el organismo y hacerlo menos sensible a los virus estacionales. Uno de los más utilizados es Anas Barbariae 200 k, que suele tomarse tres veces por semana durante los meses fríos, siempre bajo indicación profesional.

Aromaterapia

¿En qué consiste la terapia?
La aromaterapia utiliza aceites esenciales extraídos de plantas con propiedades terapéuticas. Una de las opciones más valoradas para el invierno es el aceite esencial de Ravintsara, conocido por su capacidad para apoyar el sistema inmunitario y fortalecer las vías respiratorias.

¿Cómo puede ayudarte?
El Ravintsara ayuda a estimular las defensas y ofrece un apoyo natural frente a virus típicos del otoño e invierno. También contribuye a mantener las vías respiratorias más despejadas y resistentes. Se puede aplicar de forma tópica colocando 2–4 gotas en la cara interna de las muñecas y frotándolas suavemente para mejorar la absorción. Suele utilizarse dos veces al día durante el invierno como apoyo preventivo.

Reflexología podal

¿En qué consiste la terapia?
La reflexología podal trabaja mediante presiones suaves en puntos concretos de los pies que representan, de forma refleja, distintos órganos y sistemas del cuerpo. Esta estimulación favorece el equilibrio general, mejora la circulación sanguínea y linfática y activa la capacidad natural del organismo para autorregularse

¿Cómo puede ayudarte?
Al actuar sobre zonas reflejas vinculadas al sistema linfático, el bazo y los pulmones, la reflexología ofrece un apoyo natural al sistema inmunitario. Además, genera una profunda relajación que ayuda a reducir el estrés, uno de los factores que más debilitan las defensas, favoreciendo así un terreno más resistente y equilibrado.

Recomendaciones finales y estilo de vida

Además de los remedios naturales y las terapias de apoyo, cuidar el estilo de vida es fundamental para mantener el sistema inmunitario fuerte en todo momento.

  • Mantén una rutina de sueño regular, procurando dormir entre 7 y 8 horas para que el cuerpo se recupere y las defensas funcionen correctamente.
  • Gestiona el estrés diario mediante respiración consciente, mindfulness, paseos tranquilos o actividades que te relajen; el estrés sostenido debilita el sistema inmune.
  • Prioriza una alimentación rica en frutas y verduras frescas, especialmente aquellas con vitamina C como kiwi, naranja o acerola. Incluye alimentos funcionales como ajo, cebolla, jengibre, cúrcuma y hongos medicinales.
  • Apoya tu microbiota con probióticos o alimentos fermentados (kéfir, chucrut, yogur natural), ya que gran parte de la inmunidad depende del intestino.
  • Asegura un buen aporte de micronutrientes esenciales como zinc y el oligoelemento manganeso-cobre, utilizados habitualmente para fortalecer la respuesta del sistema inmune.
  • Mantén una correcta hidratación con agua, infusiones o caldos tibios para cuidar las mucosas respiratorias.

Y, sobre todo, escucha a tu cuerpo: si notas cansancio, picor de garganta o congestión leve, descansa y actúa pronto para evitar que los síntomas avancen.

Si hay algo que he aprendido con los años es que el cuerpo responde muy bien cuando le damos lo que necesita. Preparar tu Sistema Inmune no tiene por que ser complicado: pequeños hábitos, constancia y un poco de atención marcan una enorme diferencia.

Sabemos que cada proceso de bienestar es distinto. A veces los cambios llegan pronto, otras veces requieren más tiempo y paciencia.
Pero si has llegado hasta aquí, ya estás haciendo algo importante: prestarte atención y elegir cuidarte de una forma más natural y consciente.
No existen fórmulas mágicas, pero sí pasos que suman. Un tratamiento natural, una terapia, un pequeño cambio… Todo cuenta cuando lo haces desde el cuidado y el respeto por ti mism@.

Este camino no lo recorres sol@. Y si en algo puedo ayudarte, estoy contigo.

Coral Caballero.